lunes, 11 de enero de 2010

Lo podrido ya no lo es tanto




Public Image ltd - Metal box (1979)



Cuando el carismático Johnny Rotten decidió colgar los botines de la brutalidad punk (ya saben, ante la separación de los Sex Pistols en 1978), este murió para dar paso a John Lydon. Podemos decir que a diferencia de su contraparte ultraacida, sarcástica y combativa, Lydon se decidió a entrar en terrenos más experimentales cuando fundo la Public Image Limited. Por suerte hay cosas que nunca cambian. El punk seguía ahí. Algo de ese descarado sentido del humor también. Pero nos encontrábamos ante un proyecto donde los sintetizadores y las bases repetitivas tomaban el poder, como un buen tributo al legado de Can y Neu!, a no decir la influencia del Dub.

O sea, olvidémonos del odio compungido al establishment, olvidémonos del minimalismo visceral y digamos hola a los temas largos y elaborados.
El debut autotitulado sin duda fue un gran comienzo para nuestro querido Lydon, pero fue con Metal Box donde demostró quien era y fue referente para muchas generaciones.
Ya con una presentación interesante (una lata con el nombre de la banda impreso), la banda nos llama del inicio a lo inesperado. Albatross puede ser un engañoso comienzo por lo largo, por mostrar a Lydon con una voz mucho más calma y por responder más a la idea de un tema de kraut rock y un poco lejos del querido punk de antaño, aunque con esas guitarras dibujando melodías descontracturadas, oscuras y taciturnas. Pero empieza Memories y nos encontramos un tema rabioso con Lydon mostrando su típica voz payasesca, y aquellos teclados casi rememorando ese sonido épico y un tanto juguetonas y esa oscura base de bajo. Nos encontramos con Swan Lake (Death Disco) y ya desde el titulo parece una declaración de principios. Notamos la guitarra interpretando la conocida melodía de Tchaikovsky mientras el bajo juega con una base funky en medio de una pared de teclados/samples, casi tomando el el disco y doblando a un delirio no apto para todo publico.
Y Poptones en cierto modo vuelve como al principio en pos de bajar las revoluciones, aunque con un poco de la fricción que tanto nos gusta, en un tema suave para el promedio (claro que si hablamos de PIL va ser dentro de sus parámetros exagerados).
Careering nos enseña en atmósferas espaciales al borde del colapso que nos sigue de preámbulo de la animada No birds, donde esa incesante línea de bajo nos descoloca en medio de esos teclados fríos y esos golpeteos de lata. Graveyard nos deja en un estado de estatismo para la taciturna The suit con el querido John recitando burlonamente.
Socialist nos aprisiona en un aire asfixiante y las voces bailotean sin piedad sobre nuestra cabeza.
Para terminar destaca Chant, con ese final esquizofrénico, Radio 4 con esos amenos teclados y el final con la Astrada Bad Baby, en medio de los ritmos repetitivos y los teclados casi en un rito improvisado.

Con un legado a cuestas, nuestro ex enemigo del sistema demostró que la acidez y el sentido del humor exagerado no reniegan del riesgo y porque no, que los que se pudren no lo hacen para siempre. ¿O no querido John?

Video



Datos disco

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