miércoles, 29 de julio de 2009

Todo por 5 pesos






Les Luthiers - Lutherapia -Gran Rex - 25/7/09





Alguno dijo por ahí que no hay cosa más Argentina que el Bife de chorizo. Yo le diría que no hay cosa más Argentina que Les Luthiers.Más de 40 años sobre las tablas, además de un destello de personalidad único, lo confirman. A esta altura no se les pide que inventen nada siendo que ellos se inventaron y reinventaron desde hace tiempo.Y por su parte nuestra cita en el Gran Rex el pasado sábado fue todo un ejemplo de esto. Más viviendo aún en una generación que sigue viendo a personajes como Enrique Pinty o Corona como idolos y que se sigue identificando con el humor de gatos merqueros de los 80, hay que decir que estos virtuosos de la música y el humor son una brisa de aire fresco. En muchas formas, todo es un ritual que esta más alla del humor. Aquellos mágicos instrumentos salidos de una sacrílega mirada. Aquel lenguaje llena de doble sentidos que nos lleva a la inevitable carcajada, y aquella ironica visión de la vida del ser Argentina, lejos de cualquier viraje elitista. Por supuesto Lutherapia como la mayoría del repertorio de estos 5 magníficos, podrá ser considerado irrelevante para aquellos que se acostumbraron a gran parte del humor descartable del hoy por hoy. Aún así, dudo que ver a estos muchachos tocando instrumentos raros y tirando sus magias de ton a sol sea poco. Y esta bien, algunos destacan por sobre el resto (Marcos Mundstock y en momentos Daniel Ravinovich), pero el sentimiento de colapso ante la falta de alguno es inevitable. Por supuesto, el personaje conceptual Mastropiero sigue siendo de la partida y la mayoría de la historia lo tiene como base.
La historia es simple: Mundstock es un siquiatra que se encarga de analizar la problemática de Gutierrez, o Ravinovich para los amigos. De ahi en más se dan recortes donde se representan recuerdos o personajes citados por Daniel o Marcos, donde muchas veces todo cae en hilarantes momentos musicales. Destacable fue el duelo entre el Carlos Cortes con el piano y Moronna con ese singular aparato de pelotas con aire y el final con esa suerte de chacarera siempre buscando llegar lo mejor posible al exceso sin sonar vulgar.

¿Te gusta Les Luthiers? Lutherapia es Les Luthiers en estado puro, y si es poco, bueno, hay tanto para cambiar tu desvencijado rostro amigo, pero gente como esta hay una sola

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sábado, 11 de julio de 2009

El apocalipsis en tres acordes



Integrity - Those who fear tomorrow (1991)


Hubo una vez un grupo de bandas de hardcore que se aburrieron de la típica cruza entre el hardcore y el thrash. Querían sonar pesadas sin necesidad de apelar a la típica estructura y cambios de ritmo de bandas como DRI y Cro mags por ejemplo, y aunque quedándose con cierto componente estético/ideológico de estos últimos. Sin embargo, hubo unos muchachitos en particular que apelaban a estos cambios, pero iban en contra de la corriente idiologica de las mismas. Estos jóvenes estaban liderados por un personaje muy particular, que tenia como ídolo a iconos de la cultura norteamericana como Charles Manson y era amante de la oscuridad de Joy división y varios proyectos oscuros/esotéricos como Merzbow y Boyd Rice, siempre apelando a una imaginaria apocalíptica que no ostentaban las bandas de su generación.
Hubo muchos rumores, desde que tomaban LSD hasta que el cantante pertenecía a un culto extraño (dato que a larga les recomiendo investiguen por ustedes mismos), pero lo importante que el debut de Integrity sonaba diferente, no buscaba los clichés barriobajeros, no hablaban de honor ni respeto ni familia, sino que escribian letras con sangre negra y total oscuridad. Pero por otra parte apelaban a climas más oscuros y porque no, también ponían solos de impronta slayeriana, de esos bastante básicos, brutales a toda velocidad.
Ya después de una intro, nos encontramos con canciones que apelan muchas veces a medio tiempos brutales, como la efusiva Micha:Those who fear tomorrow, que suena de preludio a la brutal patada de cara que es Diehard. Y en si el disco puede resultar monótono y aburrido si no estas en esto, pero si algo tiene este disco es variedad.
De ahí con temas como Descend into,,, ,una suerte de instrumental emotivo, el comienzo que termina en un maremoto brutal que es In contrast of sin o la letanía y oscuridad de Dawn of a new apocalypse, nos muestran que no todo son temas paleros y vueltas y venidas simplistas de 3 acordes.
Ya el final con March of the Damned nos da un buen ejemplo de cómo apelar al tipico Hardcore y salir bien parado.
Esta claro, que si no te gusta el Hardcore de importa más 90ventera, tal vez no te guste Integrity ni este disco en particular, pero si te guste el estilo y de paso buscas personalidad, tenes 14 buenas excusas para levantar el puño y moshear hasta morir.


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Datos banda

sábado, 4 de julio de 2009

Las dos caras de la misma moneda






Peter Gabriel - 3(1980)



Crecer, algo que siempre es necesario en todo ser humano. Evolucionar, algo que es optativo de cada uno. En el caso de ese importante brecha entre los setentas y los ochentas, hubo una necesidad de esto último. El punk golpeó todo estamento musical alguna vez planteado a finales de los sesenta y durante gran parte de los setentas. Por lo cual, hacer rock progresivo, sicodélico y demás artilugios de impronta académica/virtuosa/excelsa, era algo opacado ante el genero contestario y minimalista por excelencia (que se entienda que en punk había gente capaz y talentosa, pero fue un quiebre en cuanto a los preceptos de la década de los setentas)y pocas bandas de dichas tendencias se mantenían de pie, o terminaban cambiando de genero a música mucho más radiable y comercial, como se vió en el caso de Genesis, Yes, Gentle Giant entre otros no muy notables ejemplos. Pero el caso de Peter Gabriel es bastante particular.
Había dejado a Genesis después de la gira de The Lamb Lies Down on Broadway en 1974 y se embarcó en una carrera solista de importante trascendencia.Ya para finales de los setentas, la necesidad de cambio repercusión en la cabeza de nuestro querido amigo y se volvió un cambio importante a terrenos más accesibles. Pero sin olvidar que Peter Gabriel fue la cara que le dio el carácter provocador y personal a Genesis con las mímicas y los exagerados disfraces, el muchacho quiso llevar las cosas a otro nivel, sabiendo las implicancias que conlleva, y ahora sin el delirio estético y si aportando algo de experimentación a las canciones.
Ya desde la tapa, el tercer disco de esta suerte de trilogía de discos sin nombre que Peter comenzó desde su debut en 1977, tiende una imagen que muestra por un lado el lado accesible y por el otro la experimentación, en canciones muchas veces oscuras, apelando a toda gama de sonidos que la magia de los sintetizadores logra regalarnos y un sonido de batería bastante particular, con la oportuna participación de Phil Collins (su ex compañero de banda) en algunos temas. Y eso es demasiado poco, ya que también se agregaron a la formula figuras de la talla como Robert Fripp y Tony Levin de King Crimson, y gente de bandas no menos trascendentes como de the jam, XTC y la señorita Kate bush. Por lo que el comienzo con Intruder, donde esa batería deja una marca siniestra sumada a una base de sintetizadores y cuerdas resquebrajadas, nos sumergen en un universo no muy lejano que el que nos regalaban los Residents, sino nos encontráramos con la particular voz de Gabriel en el camino y esos tribuneros coros que aparecen en parte del tema.
Ya con No self control, llegamos al Peter Gabriel más cancionero, con esa suerte de surtido entre sintetizadores y xilofono. Start funciona como intermedio con ese bello saxo que da preludio a la movedisa y casi diria bailable/movedisa I dont remember (Desde aca se nota las buenas ideas que tiene a la hora de hacer temas tarareables/hiteros y darle ideas más rebuscadas)
Y aparece la melancolica Family snapshot, mostrando que no todo son canciones alegres y jocosas.
Decae un poco con el tema An though the wire, pero es un descanso hasta la suerte de hit meloso ochentoso que es Games Whithout frontiers, entre coros cantados en Frances y un estribillo memorable.
Ya para el final llega el punto más interesante del álbum con Lead a normal life, un tema que me hace acordar a alguno de esos bellos temas que pudo a ver puesto Floyd o los mismos Genesis en sus discos para matizar entre temas tan complejos sin necesidad de demasiadas sutilezas con el sonido del xilofon y una atmosfera llena de sonidos de toda clase, que preceden a Biko, tal vez uno de los temas más recordados del disco en base a una intro con cánticos africanos y una suerte de percusión como base que prosigue a los cantos de Peter Gabriel , creando una canción epica que sale un poco de los parámetros del disco.
Que se entienda, que estas canciones son más que simples canciones radiables, son canciones bastante elaboradas que al mismo tiempo pueden sonar en cualquier FM y no harían la diferencia. Si escuchan este disco, posiblemente entiendan de lo que hablo, o no. Solo se necesita escuchar y encontrarse con las canciones. No necesitan nada más

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Datos disco