domingo, 29 de marzo de 2009

La babilonia colapsada




Ulver – Perdition city (2000)









El mundo real. El mundo de las pesadillas. La torre donde olvidamos que existimos.
El negro metal se vuelve mucho más frío y irreal, las paredes se disuelven y nos arrinconan a una realidad cruel. Dios es un bufón que se rie de nosotros.
Marionetas perdidas de sueños. Subterfugio de la mente.
Y suena Lost In moments, como una suerte de Jazz urbano que abre las puertas de un mundo mítico, el mundo real. Pero este mundo trae un ataque masivo de nuevos colores, indescriptibles, crueles, y ese saxo caprichoso nos quita el aliento.
Una voz nos habla desde un rincon inhóspito. Sus palabras nos piden seguir a un viaje imposible. Y seguimos porque estamos ciegos.
El cielo se despeja en Porn piece or the scars of cold kisses, y como el nombre lo dice, viajamos por un viaje entre la frialdad electrónica y una lujuria hereje, que se evidencia en una lirica bastante sugerente. Y es que en este mundo de hedonismo vacío siempre hay espacio para una caricia.
Hallways of Always nos lleva por un camino cada vez más angosto y complicado, y cae hasta el minuto 4:20 y ahí palidecemos ante una luz que nos hace palidecer.
No sabemos si seguiremos en pie, y Tomorrow Never Knows nos muestra la luz, de aquella babilonia moderna, más un halo de nostalgia que una realidad, pero latente de algo de esperanza.
Y The future sound of music, si, un presagio que el sonido frio y maquinal arrasara con nuestras cabezas.
Pero We are the Dead y Dead City Centres nos sumergen en una oscuridad eterna, que se entremezcla con la realidad. Hichcock y su psyco se entromete para hacernos entrar en razón.
Y Catalept no hace desembocar en lo inevitable, Nowhere/catastrophe, ese mundo tan frío e inaccesible convertido en la decepción, el declive de la esta ciudad de perdición. El soundtrack que David Lynch jamás soñó construir, para una película que jamás
existió. Ni más ni menos.


Info disco
Myspace de la banda