lunes, 31 de agosto de 2009

Aquella hermosa voragine adolescente





American hardcore (2006)




Retratar en palabras lo que fue el movimiento Hardcore Punk, halla a principios de los ochentas es demasiado poco para lo que fue y el impacto que aún persevera hasta el día de hoy. Por suerte unos tales Paul Rachman y Steven Blush, supieron trasladar aquel tan distante y primitivo mundo a nuestros días, con aquellas figuras necesarias para entenderlo. Y por favor, si su primer visión del Hardcore era la de tipos musculosos con tatuajes, poses de malos y bermudas, recomiendo que vean esta joya del cine documental hecho por gente que vivió esos años de esplendor del genero entre 1978 y 1986 y saca la esencia del mismo en su máxima expresión. Y estamos hablando del Hardcore, de Reagan, del anticonformismo, del famoso “Hazlo tu mismo”, del “Straight Edge”, de la violencia de aquellos años, del anticomercialismo, de la independencia, de cambiar al mundo en contra de todos los males de el sistema imperante, y mil cosas más. Y si creen que eso es poco, miren las alucinantes reflexiones del gran Ian Mckaye, el eterno líder de Minor Threat, Fugazi y jefe de su propio sello independiente radical Discord records, enseñándonos aquel valor contracultural que planteaba el hardcore a plena forma. O las anécdotas de la gente de Bad Brains, aquellos simpáticos morochos que supieron romper los limites entre el punk y la cultura Rastafari y le dieron una razón mucho más violenta de ser. O el interesante universo de Henry Rollins, el histriónico vocalista de los recalcitrantes Black Flag, escupiendo verdades en tu cara. Todo esto y más, contado en crudo y en base al apoyo de imágenes y videos de la época. que muestran la viseralidad con que se manejaba el movimiento. Sin banderas, y con todo en contra, el movimiento Hardcore de principios de los ochentas, no fue solo un montón de locos que querían llevar el punk a un nuevo nivel de violencia poniendo el acelerador a fondo. Eran un grupo de jóvenes llenos de energía con ganas de cambiar un poco el mundo y salvarlo de la estupidez conformista dominante. Hete aquí el documento de esa generación y de como comprender algo tan trascendental que ha sobrevivido hasta el día de hoy. Toda una declaración de principios.


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Datos Documental

domingo, 23 de agosto de 2009

La tragicomica afirmación




Morphine - Yes (1994)




Yes es un disco de canciones simples, pero efectivas. Canciones que son una oda a la lujuria y a épocas pasadas. Canciones que pudieron salir de la mano de uno que otro melancólico de turno, pero que se ahogan de un espíritu hereje y solemne. Canciones solitarias que se contagian de vez en cuando con cierta alegría más provista de una fiesta ska que de un bar de viejos verdes y otras (en mayor medida) de una que otra fiesta con un vaso de whisky en la mano al ritmo de Miles Davis convertido a músico de blues. Bueno, hay un poco de todo lo dicho anteriormente, pero más vale profundizar en la banda y su obra en si.
Yes es el tercer disco de Morphine, banda que supo construir con pocas vueltas su propio sonido, valiéndose de recursos tales como un bajo, un saxo barítono y una batería solamente (En sus discos posteriores al que nos compete utilizarían otros recursos desde ya), canciones redondas y heterogéneas, con una infinidad de sensaciones de por medio, y una amalgama entre el jazz, el blues y el rock claro. Pero para sorpresa de muchos, la banda da un paso adelante y suena original, al punto de dar vergüenza a más de uno por lo simple, pero efectiva de la propuesta. Mark Sandman, bajista y líder del proyecto, los llegaría a rotular como Low rock. Sin embargo, creo que en particular este disco el término no va del todo bien. En primer lugar, el disco aunque tiene una importante cuota de canciones de ese tipo, la banda mueve un poco más los tornillos y logra magia, especialmente en el tema que abre el disco, Honey White, con el saxo virtuoso de Dana Colley, logrando una melodía bien pegajosa y contagiosa que puede despistar a más de uno del rumbo del disco. Otros ejemplos serian Radar en mi opinión otro pico alto del disco y la mixtura entre locura rutera y scatting de Sharks. Pero Honey White se lleva la corona. ¿Y los otros temas? Bueno, la verdad que son bastante parejos. Whisper es un temazo, con un estribillo que no me lo puedo despegar, algo cargada de esa sana melancolía de siempre o super sex con la genialidad de dos saxos tocados a la vez. Gone For Good, seria la balada folk que cierra el disco. Tranquilamente Johny cash la pudo haber escrito, pero dejémoslo descansar en paz de una vez a un grande. Y Mark Sandman? Encaja a la perfección con su voz desganada y su excelente trabajo en el bajo. ¿Necesito hablar más de este disco? Ni las palabras ayudan. Escúchenlo y disfruten de una fiesta con whiscacho en mano. Si son agretas, ustedes se lo pierden.


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Datos disco

viernes, 14 de agosto de 2009

Si la pluma vence a la espada, esta está envenada


Death note (2006-2007)

El anime como institución dentro de ese universo de la llamada animación japonesa, francamente, a demostrado tantos buenos ejemplos como residuos de la peor calaña. Por mi parte, consumí durante mucho tiempo de gran parte de el anime que pasaban por los canales de cable. Uno sentía cierta atracción al imaginario fantástico, a las historias épicas y por que no, a los dibujos que daban exagerada belleza a las muchachas. Pero un crece y lamentablemente termina desechando o dejando como algo nostálgico buena parte de aquello y la verdad termina en una posición compleja y muchísimo más selectiva. Eso me pasa mucho sobre todo con el anime actual.
Me cuesta encontrar una historia con la cual sentirme atraído y en un 80% tal vez no sea el mejor, pero a logrado entusiasmarme de nuevo por el genero. Claro, el anime con contenido maduro puede resultar chocante para aquellos que se acostumbran a los parámetros más grasas y frívolos del mismo, pero me importa poco realmente que pueda mover a la gente, y sí un buen guión y personajes que te impacten desde el primer momento. El caso de Death Note es eso y un poco más por suerte.
La historia nos coloca en los zapatos de Light Yagami, un estudiante prodigio, una mente brillante y con bastante antipatía hacia el entorno violento en que vive, que obtiene un cuaderno con poderes sobrenaturales llamado Death Note. Este cuaderno tiene el poder de matar a la persona si se escribe el nombre y se conoce el rostro del mismo, con varias reglas que el poseedor puede seguir para un uso más amplio. Estos cuadernos pertenecen a unas criaturas sobrenaturales llamadas Shinigamis, las cuales dejan caer estos cuadernos al mundo humano para que sean encontrados por algún individuo, el cual recibe no solo los beneficios del Death Note, sino del poder del Shinigami que le toque.
Yagami descubre el poder del cuaderno, y se posiciona como um paladín de la Justicia, utilizando el mismo para asesinar criminales. La cosa se pone interesante cuando el personaje es confrontado por la policía que al ver una serie de asesinatos en masa a criminales, se pone a investigar y intercede un renombrado detective desconocido, conocido como L, el cual confrontara a través de su gran razonamiento a igualmente virtuoso Yagami (conocido como Kira, o killer en japonés). Al punto, que Kira no solo asesina a los malvivientes, sino también a todo aquel quien se interponga en su camino de una sociedad utópica y justa.
La trama sigue conceptos interesantes con una estética bastante oscura y tétrica, donde se cruzan bastante la idea de justicia, el bien y el mal, la megalomanía, siempre manteniendo el suspenso como suerte de tira policial de contenido fantástico que es. Una cosa a criticar desde ya, es que lejos que fueron bastante inteligentes de no abusar con la duración de la serie. Más para el final, uno siente que parte de ese hilo al comienzo que vuelve la serie tan interesante, se tambalea y por ahí uno le deje de resultar interesante. Pero por suerte, la serie a nivel desarrollo gana por asalto por lo que en cierto modo, finalmente pide ser visto hasta el último capitulo. Buenos guiones, buena estética, buenas ideas y porque no, algo de originalidad falta mucho por estos tiempos en el mundillo del manga y el anime. Por suerte Death Note hace regresar mis esperanzas en la humanidad ¿Qué estas esperando para verla?



Opening




Datos serie

lunes, 10 de agosto de 2009

Voy camino a la Devo-lución







Devo - Q: Are we not men? A: We are Devo! (1978)


La bendita nueva ola (New Wave para los amigos) a esta altura fue uno de los ejemplos más penosos que dio la pasada década e los ochentas. Esta bien, hubo ejemplos excepcionales, como el caso de Talking Heads, pero eran los menos ante una movida musical que tomaba una preocupación en exceso por cuestiones estéticas, y traía consigo una música bastante accesible pero poco interesante para el deleite de los espectadores de la naciente MTV, llegando con suerte a tirar un hit para el deleite de sus espectadores.
Devo a su modo fue una de las fundadoras de esta suerte de movida, pero en algún punto suena a un agravio ponerlos al lado de grupos tan desechables como A Flock of Seagulls o Soft Cell. Lo suyo pasaba por llevar los estamentos estéticos a nuevos niveles de locura, y todo esto con un concepto que va desde el nombre (Devolution, un termino que ellos mismos patentaron y que habla de un retroceso socio cultural como producto de la sociedad industrial del momento) y un uniforme bastante particular. Una manifestación de principios.
Pero el debut de Devo es demasiado. Un grupo que tomaba el punk y la electrónica, y llevaba ese universo a dimensiones nunca antes vistas. Con la ayuda de un buen amigo de la avantgarde y la experimentación, Brian Eno, lograron uno de los debuts más sólidos del momento. Y si pensamos en aquel momento, nombres como Television, Joy División, Magazine, Cardiacs y otras luminarias lograban sacar al punk del eterno molde de los 3 acordes y la furia política, Devo llevo su imaginaria plástica a terrenos tan inaccesibles como fascinantes. Y cuidado, no digo que estos muchachos trajeran una propuesta complicada en lo musical, ya el comienzo con Uncontrollable Urge, nos enseñan un punk juguetón y jocoso que admite espacio para el gancho en base a esos incesantes yeah yeah yeahs que tiran de aquí para allá y algunos toques electrónicos. Pero como dije, el concepto lleva las cosas al borde la locura y en momentos la música es solo la banda de sonido para este carnaval de ironía y sinsentido de una sociedad aún más inentendible ¿Como puede entenderse el cover de los Rolling Stones, Satisfaction, transfigurada en una suerte de frío caminar sin esa lujuria y con ese feeling punk que ellos mismos supieron patentar?. Y ni hablar de las líricas, que llevan el humor al borde de lo inentendible, como lo muestran en la divertida y coreable Playing Hands, donde nos invitan a hacer movimientos de manos casi llevándonos al ridículo con una suerte de riff casi surfero que corona el tema. Space Junk te golpea de la mejor forma, con ese groove bien 80s, entre guitarras y sintetizadores atacando senilmente tu sistema nervioso. Pero ya la diversión se vuelve insoportable con la llegada de Mongoloid, un riff punky que se te pega como chicle y te voltea la cabeza. Jocko Homo se convierte en el tema raro del disco, una base electrónica antibolichera y el estribillo que pareciera que denuncian al mundo lo que hacen.
Y esa suerte de continuación electrónica que con el buen titulo de Too Much Paranoias, que crepita entre sonidos artificiales al borde de lo insoportable y la incesante voz de Gerald Casale (uno de los puntos más interesantes del disco, llevando su voz dentro de los limites de lo establecido con toda la gracia).
Pero si querían fuerza y violencia, denle la bienvenida a Gut Feeling, un crecendo que estalla en la segunda parte de la canción a la histérica y casi hardcore Slap your Mammy.
Come Back Jones aminora la marcha sin bajar linea, lejos de anticiparnos a la excitante Sloppy (I saw my baby getting), con un estribillo donde parecen jugar con el oyente en base a samples para dar espacio para volver a la marcha.
El final es con esa suerte de folk electro demencial llamado Shrivel-up que en cierta modo, es un excelente final para un disco lleno de sorpresas y humor.
Sorprende que con solo 35 minutos, Devo haya traído semejante disco y nos hada mover la patita incontrolablemente, sorprende más que hasta el día de hoy hayan sido tan injustamente subestimados teniendo tamaña obra. Por todo esto y más, yo te diría que busques urgente los 3 primeros discos de estos cabeza de cono. Material como este merece una oportunidad.


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Datos disco

sábado, 1 de agosto de 2009

Manual para el joven sicopata de hoy




Macabre - Sinister Slaughter (1993)




El death metal fue como el gran suceso del underground pesado. Le dio una nueva capa de renovación/extremidad que había aportado parte de la escena thrasher haya en los 80s con la aparición de grupos como Slayer y Possessed, llevando la violencia a nuevas dimensiones. Pero también estaba el Grindcore, aquel genero que ayudaron a fundar los británicos Napalm Death y su versión quirúrgica, Carcass, llevando la extremidad a nuevos limites, tomando como base el hardcore/punk más virulento. A la par, hubo un grupo de bandas que mamaron de parte de ese feeling iracundo y tuvieron la desgracia de no tener el reconocimiento de estas dos, como Repulsion, Terrorizer y en cierto modo, Macabre. Por otro lado, estos últimos sin ser necesariamente pioneros, dieron paso a un sonido bastante personal que estaba entre medio de el grind, el death y en algunos puntos el thrash, aderezado con un tremenda obsesión estética/lírica al mágico mundo de los asesinos seriales y dementes de toda clase y varios tufillos a la musica popular norteamericana en muchos casos.

Con Gloom (1989) mostraron su faceta más cercana al grindcore y con este, Sinister Slaughter, llegamos a su sonido definitivo. Por un lado nos encontramos conque la idea recae en riffs
tarareables, triple ataque vocal (entre voces agudas casi al punto de la afonía, gruñidos guturales y voces limpias), estribillos melódicos que rozan lo jodon muchas veces tomando mucho de ese sentimiento redneck que quieren trasmitir y ese negrísimo sentido del humor, todo en un delicioso plato donde se pone en cartelera a personajes tan simpáticos como Charles Manson, Albert Fish o el zodiaco entre tantos amigos de la gente. Y bueno, la ingeniosa tapa que en cierto modo tributa al Sgt. Pepper's de los beatles en versión killer.

Y si el comienzo con Night Stalker, dedicada al celebre Richard Ramirez no te pega de una, ve directo a Sniper in the sky, tirando ese memorable estribillo sin bajar la violencia y insania típica de ellos. Y si es poco, tenemos la más a medio tiempo Zodiac, donde se apega a típica mezcla entre aquel humor que ellos patentaron y esa buena dosis de pesadez. Pero si hay momentos destacados a rabiar son aquel break del tema Gacys lot o el piano en Vampire of Dussendorf que nos da la pauta del estribillo.
En si el disco no da tregua, y nos asegura lindos momentos de violencia y diversión por doquier. Claro, si te parecen un chiste no te hagas problema. Si no, he aquí una de las bandas más interesantes y personales que ha dado el metal extremo. Para no despreciar.



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Datos disco